Lis III.

Que hay duradero ¿la amistad?, ¿la perseverancia?, ¿las ideas?, ¿el desamor?.
Yo que nací alma errante, nunca encuentro el sendero caminante, que me lleve a lo que mas anhelo, a lo que nunca tuve, y aunque mis días entretuve, con algún ápice, mi mirada siempre se disipo en alguna hélice.
Una espiral mareante, es mi vida de vueltas sin sentido, y eso que no hago ruido y quisiera ser el grillo, de negro brillo, que canta en la noche, sin ningún reproche.
¿Por que nunca me aparece un hada, y me presta su varita mágica?, solo quiero convertirme en mujer de agua.
Expandirme en el mar, derretirme en los polos, estar en el océano. 
Ser esa agua que te acaricia, seguro que seria la primera vez, que me invadiera la avaricia.
Agua que refrescara tu labios, llenara tu boca, para volverme loca.
Sin embargo despierto de soñarte, y aunque quiera bordar tu nombre en un estandarte, la realidad me da de bruces, sin tan siquiera estar en ningún cruce.
Y en este desvelo, no encuentro ningún velo que cubra mi rostro y acurruque tu recuerdo.
Me convierto en desamor, con amargor, y sin ningún pudor, solo quiero morir en mi interior, aletargarme sin prisa por espabilarme, con la evocacion de tus besos, en mi corazón.
Duermo, y sueño que soy tu mujer de agua, aunque para ti mi recuerdo, lo lances en cualquier fragua.
Que pronto se te olvidó el olvido de lo vivido, y aunque solo pido que tu corazón sea de nuevo renacido, yo, esperaré  al menos que el viento me de aliento, y a mi corazón, algún que otro mecido.
Mientras tanto viviré en el espacio vació, con lamentos, sin contentos y con algún que otro quejio.
 Solo si miras, se apagó aquella llama de dos, de un solo corazón.

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