Hasta siempre.


Esas cadenas de atadura, las he librado de la amargura.
Vuelvo a sentir libertad, y aparte el dolor de la maldad.
Veo luz, donde ha habido tantos días , de penosa oscuridad.
Huelo el fresco viento, aparte el olor del rancio aire que a respirar me condenaste.
Sonrió y del mundo me rió.
Se acabaron mis lágrimas desechadas, por tu olvido despechada.
No te espero, ni mucho menos mi sueño desespero.
Vivo, viviendo y de todo sintiendo.
No pienso en ti, ni en el amor que de ti creí.
Mis días son de paz, como pasándolos en un bello jardín.
Libre como el agua que por un manantial corre, como el aire, como la canción y como me dicta mi corazón, que de ti se liberó.

TU ME DICES ADIÓS, Y YO HASTA SIEMPRE.

1 comentario:

PEPE.RG.es dijo...

luna, nunca di un adios, el adios es el fin