Tras la puerta se oían pasos era la esperada pareja, el algo nervioso, ella ilusionada, relajate mi amor todo ira bien, decía la muchacha, nunca e visto a mi madre con aires de cambio.
-Acercate, joven muchacho. Dijo la vieja.
El muchacho firme pero tembloroso accedió.
-Buenas tardes, buena mujer.
-Saludos, he pedido conocerte, sobretodo para hacerte una pregunta,¿puedo?.
-Si, señora como usted quiera.
-¿Puedes contestarme quien te dio permiso, para abordar a mi hija y llenarle la cabeza de tonterías, de palabras y de atrevimiento?.
El estupor invadía la estancia.
El muchacho cabizbajo, pensaba como contestar, meditaba si era una pregunta o una prueba de ultima hora, de pánico las piernas empezaban a temblar.
-Señora, el amor, no es llenarle a nadie de tonterías, ni de atrevimientos, es compartir, de vivir con ilusión y pensar en un futuro, humilde, pero con ganas de enfrentar todo obstáculo.
Afrontar la existencia de un ser bajo el mejor sentimiento humano, obteniendo el mejor de los apoyos de quien amas, su fidelidad y su calor.
-Creame, señora, si esto que le digo es la mayor tontería, viva la tontería.
La vieja estallo en sarcásticas carcajadas, para decir:
-La memez, entro en esta casa, para contagiaros de una mala enfermedad que llamáis amor.
Os hace memos sin remedio, defendéis lo indefendible, y queréis implantar la mayor estupidez que llamáis sentimiento, entre un hombre y una mujer.
-Madre, dijo Fulki. ¿que pretendes?, ¿para que esta reunión?, ¿para mofarte?.
Creíamos y rezábamos por que comprendieras no tu postura ante tus pensamientos, sino razones evidentes y contundentes.
-No hay otra razón que la que se aprende con años duros y pobres.Dijo la vieja.
Hija te casaras como esta acordado di mi palabra y esa es la que se cumple.
Tu muchacho, no quiero verte cerca de mi hija.
Hijo mio, tu eres quien lo tienes mas difícil, con un bastardo en el vientre de tu mujer, pero deberás pagar por tu torpeza de abandonarla y aceptar la paternidad.
Y tu, consuegra deberías abofetear a tu ligera y mala hija hasta hacerla sangrar, por su mala forma de actuar es la mayor vergüenza, para toda tu familia.
El motivo de por que os quise todos aquí, no es otro que, para que sintierais el bochorno de vuestros actos.
A ver, como actuara ahora el amor, para aliviaros del pudor.
Kanira y su cuñada lloraban abrazadas, la esperanza de vivir como merecían no fue mas que un castillo en el aire, que al desvanecerse, las ruinas de sus corazones latían con amargura.
-Consuegra, a ti es a quien yo debería abofetearte, fuistes quien echo a mi hija de tu hogar, aun habiendote comprometido, cuando acordamos el matrimonio.
¿Me haces venir, desde tan lejos, para esto?.
¿Para implantar, tu egoísta y severa justicia?.
Yo también he sufrido y luchado, y a mi si que todo estos últimos acontecimientos, que acabo de vivir, me han abierto los ojos y se hará lo que yo diga, por que tu no cumplistes, o acaso te crees impune a todo, hagas lo que hagas?...
Continuara...
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