El día de la ''presentación'' de su futuro esposo, le ordenaron, que se lavara y se peinara, para una gran ocasión, como cuando llegan las fiestas de sus dioses.Su madre saco un viejo sari(prenda típica hindú),pero para ella, era tan nuevo, como la situación que le estaba por venir.
Le recomendaron que hablara solo cuando le preguntara y siempre con la mirada hacia el suelo.
Era una niña, y en su curiosidad, alcanzo a ver al hombre, con el que se casaría.
Vio, un hombre alto de piel oscura, y ojos vivos pero mirada profunda, y una apariencia de bondad que le emanaba una extraña calma, aun siendo tan niña.
Era la madre de Fulki, quien preguntaba, quien ordenaba, quien opinaba y observaba.
Fulki, solo estaba allí en acto de presencia.
Kanira, empezó a sentir miedo de su futura susabai(suegra), le parecía demasiado mandona y recta, y algunas lágrimas se le escapaban bajo su agachada cabeza.
Temblaba, pero mantenía la postura y el tipo por que para las mujeres en India, parecer ser que por desgracia lo llevan en la sangre, ella tenia que obedecer, por que eso era su vida, una continua obediencia.
Su Ayee(madre),no sabia que su hija fuera a vivir fuera del pueblo, quería tenerla cerca, pero su futura familia, se trasladaba a la ciudad, y el matrimonio ya estaba prometido.
Para Kanira esas lágrimas de miedo se le tornaron en chispas de alegrías, pensar que podría vivir, en la ciudad, era una oportunidad.
Y en su espíritu, sentía, como esa semilla que llevaba dentro seguía viva.
Al amanecer, fueron al templo hacer sus ofrendas, para que los dioses, los bendecieran.
La SEMILLA de ESPERANZA, seguia creciendo.
continuara...
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