Lo que no se dice.

  Unas cansadas manos hicieron un ademán, para captar mi atención, y sus fatigados ojos me mirarón.

Para decirme:

-Te observo hace días chiquilla, siempre con tu libro en la mano, tomando el sol en el banco al lado de la estatua de Miguel Hernández.

Y me haces recordar, lo que llevo años por olvidar.

Palabras, si palabras.

Palabras que me ahogan que se me han quedado en la garganta, en los labios, en las ganas de pronunciarlas.

Palabras, que hacen que muera día a día más rápidamente, que se han quedado en el pensamiento, en la conciencia esa que me despierta, me atosiga, me castiga .

Palabras, sí palabras.

Que somos, que no usamos o de ellas abusamos a quienes no merecen y a quien sí, callamos.

Palabras como las que no le he dicho a la mujer que ame, eran otros tiempo y algunas palabras eran signos de debilidad si se pronunciaban.

Palabras a mis hijos, nunca les he dicho que los quiero.

Palabras a mi amiga, esa niña menor que yo que vivía a mi lado desde pequeño, y toda esta larga existencia que llevo, siempre cerca, mi mejor amiga.

Esa amiga que hoy enterré, a quien no llamé, a quien en vida no busqué.

 Palabras que ahora lloro, palabras que derramo, sin pronunciar.

-No sé preocupe señor hoy sus palabras serán sino dichas, si leídas por quienes me acompañan, en la distancia cercana.

- Pues dí, que  nunca dejen las palabras sin decir.

Sobretodo las importantes, las que se sienten, las que se deben.

De lo contrario siempre las arrastraran.

Se bloquea , se obtura, se atracan y de ellas no escapas.

Lo haré Señor, sin duda lo haré.

Inma_Luna

Dedicado al Señor triste del parque