Mis pueblos de emoción.


Dicen que la vida se compone, de momentos, de recuerdos, de sensaciones, y de muchas otras cosas más, pero yo hoy solo voy a escribir, sobre el momento del recuerdo que tuve y de la sensación y emoción que viví.
Por muchos años que hayan pasado, nunca se me olvida aquella parte de mi niñez, en la que fui tan feliz, tan libre, tan exploradora, en aquellos pueblos de la serranía Onubense, a los que me llevaban y en los que aun hoy a pesar de todo lo que '' ha llovido'', sigo explorando, disfrutando y lo feliz que me siento, cuando llevo a mi Sara, que más o menos tiene la edad que yo tenia cuando iba, y le voy contando, o enseñando, todo lo que yo allí, aprendí, y que placer me produce ver en ella, los ojos curiosos, como eran los mios, cuando yo era niña.
Poco a poco va amando esos pueblos, esos paisajes, esos olores, esos campos, esos montes, esa naturaleza, que allí le enseño y ella descubre.
Estamos en la plaza de un pueblo, de esos que son cercanos al que yo disfrutaba cada verano, tomando un café, sentadas casi en medio de todo, cerrando los ojos embriagándome de sus olores, de los recuerdos, mis sentidos rememoran todo lo que yo allí he vivido.
Mi vista se escapa, a esas antiguas casas de un blanco impoluto, que solo la cal da, con sus balcones, adornados, con tantas macetas de flores de diferentes colores, helechos, geranios palmiras, azaleas, con portones marrones que han visto ha tantas personas atravesar, que se ven que tienen siglos, pero que los dueños, valoran y restauran hasta la saciedad.
Calles empedradas, algo incomodas para según que calzado, siendo el primer y único asfaltado que esas calles tienen, por su valor histórico y típico.
De pronto mi vista se para en el gran árbol, que preside la plaza donde me encuentro y alguna lágrima se me resbala, por que ese árbol vivió a mi lado, uno de los momentos que a mi no se me olvidan y me veo a su lado de pequeña, con mi tito del alma, haciendome la primera foto que yo me hice en aquellos sitios.
Cuanto te quiero tito Manué, aunque no estés, siempre estas conmigo y mientras yo este tu estas.
La esencia de estos pueblos, está gran parte en sus gentes, se ven paseando las mujeres con sus abanicos, saludando, a quien vean, aunque no las conozcan, parándose incluso a preguntar a algún conocido, un ''¿como estas?'', niños jugando despreocupadamente, sin tráficos que lo impidan, sin peligros de los que hoy acechan, hombres que vienen de sus campos con cajones llenos de los que sus cuidados le han dado y orgullosos, cuando algún curioso o curiosa , los miran y te enseñan, sus tesoros, y otros hombres paseando con sus burros como el mejor de algún ferrari.
Esa fuente de doce caños, agua fresca nacida de las montañas, agua que bebes y que aunque sea incolora e insabora, a tí, te sabe a gloria, agua con la que te mojan los niños con sus juegos.
Parece que hay lugares donde el tiempo pasa despacio, eso es lo que yo anhelo un tiempo sin prisas, un tiempo justo, para disfrutarlo, para sentarte en esta plaza, o en la de otro pueblo y disfrutes sin mirar el reloj.
Como el reloj de la plaza, que suena igual, y ese sonido tampoco se me olvidará.
Ese tiempo que solo encuentro, en estos pueblos blancos y serranos de esta Huelva querida.
Pueblo de encanto, sentimiento y recuerdos.
Pueblos de tranquilidad y amabilidad.
Solo esta tranquilidad que respiro, en este momento, con esta visión, con este recuerdo, con tanta emoción, en las que me salen torpes palabras que embriagan, mi alterado y jubiloso corazón.
Divinos pueblos ,en los que por veranos yo crecí.
A los Marines (Huelva) y Fuenteheridos que es donde escribí, este momento que yo acabo de vivir.
Inma_Luna.

1 comentario:

Inma_Luna dijo...

Gracias Niko, por tu comentario, me gusto, pero donde esta tu link? jeje. Saludos.