El primo, de mi madre.


En momentos de calor, de esos que la temperatura no da tregua, y todo está recalentado, el aire irrespirable y te caen los goterones de sudor por la frente, yo solo me puedo acordar, del primo de mi madre.
Era un tipo muy peculiar, andaluz emigrante en una tierra que lo acogió, pero que no lo valoro, como el la valoraba, pero de la que presumía.
Lo recuerdo, especialmente cuando, hace tanta calor, por que era la época en la que se le ocurría, venir a esta tierra candente.
Y lo hacia, como solo a él se le ocurría, cargado de maletas, con vestuarios imposibles, cantidades industriales de textil, para solo una semana.
A veces a modo de burla, le decíamos para eso ponle ruedas al armario, y el contestaba:
-No tenéis idea del estilo.
La verdad explotabamos de la risa, por que para él, el estilo y elegancia, era su modo de vida, es más, la elegancia la llevaba a la más elevada constancia, tanto es así, que había situaciones que yo ya no sabia si reír o llorar.
Aun lo veo, sentado, en el sofá de mi casa, con su traje de chaqueta, su corbata, sus zapatos de vestir y medias de ejecutivo, con pose de una distinción , creída por él , y que nosotros por más que no parpadeabamos para verla por algún sitio, solo veíamos un pobre mortal, que para estar en casa, estaba vestido como para ir a una boda, y si se encalobama en casa su prima hermana, es decir mi madre, desde la hora del desayuno, se cambiaba de modelito hasta tres veces en un mismo día, haciendo un pase de modelaje al mas estilo pret a porte, en el estrecho pasillo de mi casa.
Y claro teníamos que prestarle atención, por que mi madre decía que era síntoma de educación, pero había veces que no parábamos de reír y no era crueldad, pero era unos espectáculos gratuitos tan patético, que no eramos agraciados sino mas bien dagnificados, pero es que si no obedecíamos a las muecas de mi madre, encima, nos soltaba cada pellizco, que mis brazos a veces parecían el vaticano, lleno de cardenales.
No se me olvidará aquel día en una comida cuando muy, asumido en el fondo de su corazón, soltó una frase que no se me olvida.
''Yo es que no he tenido suerte, pero si me hubieran visto los que hacen el casting de las películas de James Bond, seguro hubiera protagonizado alguna''.
Si en esos tiempos hubiera existido el anuncio de l'oreal, '' por que yo lo valgo'', fijo que se lo hubiera soltado, aunque hubiera recibido alguna patada por debajo de la mesa.
Y claro ya ahí me montaba mi propia película, imaginando a un Sean Connery, en el paro por culpa el primo mi madre.
-pero se me ocurrió preguntarle:
-¿Primo de que trabajarías de agente Bond o de sastre?, para contestarme yo misma y en voz alta, de desastre, por que solo a ti se te ocurre estar en casa, enchaquetado a mas de 40 grados y sin quitarte la corbata.
No daré detalles del castigo que me regalaron, pero es que antes a los niños no se les perdonaba lo de que se perdona hoy en día.
Así crecí, sabiendo que cuando llegaba la calor, llegaba mi primo, con sus colecciones imposibles, si elegantes pero imposibles, para sudar y sudar gratuitamente, y todo por que era...
''El primo presumido'', así lo llamábamos y claro mi madre se reía sí, pero cuando ya no estaba y lo imitabamos, sobretodo yo, cuando me ponía, papel higiénico a modo de corbata y lo imitaba por el pasillo, con esas poses de hombre de 60 años pero que se creía de unos 20 eternos, por que claro cuando ya cumplió los 60 y lo llamábamos para felicitarlo le preguntábamos, y siempre cumplía los 60 aunque ya iba por 70.
Este recuerdo, va por él, y sobretodo por que me ha recordado las risas de mi madre, cuando aun no estaba tan enferma.
Mama recuerdas cuando le dije...
Chiquillo tú, elegancia, estilo y figura, hasta la sepultura, y digo sepultura por que con estas calores y esos trajes te la estas jugando.
Aun recuerdo cuando te escondistes en la habitación, para reírte a carcajadas limpias y luego no fuisteis capaz de decirme nada, por que la risa te ahogaba y no querías que el te viera.
Así que Mami, que habremos echo en esta vida, para tener un primo BOND, PRIMO BOND.

No hay comentarios: