Como un mascara...

La felicidad ,es un viaje que se emprende al nacer, bonita frase, y mejor pensamiento, pero a veces se truca, esa realidad, por mucho que se busque.
Uno de los derroteros de ese viaje, es el amor. Como ya he dicho en varias ocasiones, tiene su ying y su yang, mas que nada por que es tan bonito, como doloroso en varios aspectos, y por mucho que des, siempre es cosa de dos...
A mi manera de verlo y por lo sentido, el amor es un sentimiento que te llega de sopetón, sin buscarlo y haciéndose dueño de todo tu ser.
Lo primero que se instala, en tu mente es una MASCARA, que aunque no sea evidente a la vista de los demás, ahí, ésta, y no es que te ciegue del todo pero casi.
Y te recorre dicho sentimiento, nacido del corazón, te fluye por la sangre, pasa como un torrente desmesurado, llegando a los pulmones, por que cuando te enerva, hasta el respirar es diferente, notas como tienes, mucho aire acumulado que parece que explotas, y que placer te da expirarlo a modo de suspiro.
Hasta la piel, se revela, el vello se te pone de punta ante sensaciones incontroladas.
Y que decir que hay veces, que el cerebro ante dicho cortocircuito, te proyecta imagenes, que a veces crees tocar.
El amor es pura locura, sin cura.
Vamos que estando lejos, te ves cerca, sientes sus besos sin ser besada, el calor te embarga aunque haya frió, te ocupa el pensamiento, dejando cosas a un lado, y hasta te da igual por que lo mas importante es lo que sientes.
Esta vez, no quiero escribir mucho, de lo malo del amor, solo dejar constancia de que cuando es verdadero, es lo suficientemente fuerte ,para ser duradero, permitiéndote saltar cualquier obstáculo, y sacando lo mejor de ti, para cualquier sorpresa propia.
Para Pablo, por lo que fuistes.

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