ASHAALI(CAPITULO VEINTIDOS).


A la mañana, le pidió a la nuera que le prepararà el desayuno, se lo pidió de buenas maneras, y no con una orden, observo con ello que la muchacha lo preparo mas rápido que de constumbre, por que el miedo de los gritos la hacia torpe.
Llamo al hijo para decirle:
-Hijo, te dejo al cuidado de la casa y de las mujeres que viven en ella, estaré fuera pocos días.
-Madre¿ donde ira?.
-Hijo haz lo que te pido.
Tomo algunos sorbos de su tè, cogió su atillo y partió.
Recorría, un camino mil veces recorrido, con pies descalzos, menos descalzos, jóvenes y ahora viejos, sus pasos los podía hacer hasta con los ojos cerrados.Pero pronto diviso en ese camino cosas que nunca vio.
Observo, un gran árbol de copiosas y frondosas ramas, parecía que nunca lo vio, pero hay estaba fuerte y robusto, rey del paisaje.
Paisaje que se le torno diferente, aprecio ciertos colores verdes de unos campos conocidos, pero nunca, mirados con la tranquilidad que se debía, para percibir esa relajacion que en esos momentos estaba recibiendo.
Sus pulmones le parecían mas ligeros, ese aire que entraba le sabia dulce, y los llenaba de un modo extraño que nunca experimento.
Su cuerpo no le parecía tan cansado por la edad, veía como sus pasos no eran tan pesados, ni arrastraban la carga que a veces parecía su ser.
Se sentó al lado del árbol, y por primera vez en su vida experimento, algo que se le veto desde pequeña, aunque no quería llamar por su nombre, a esa sensacion por temor a que se le escapara.
Saco un braqui(pan) y empezó a mordisquearlo bajo la sombra que ese majestuoso árbol le regalaba, y penso que jamas tuvo tiempo de degustar nada, con tanto tiempo y tranquilidad, y otra vez esa sensacion imnombrable, le pasaba por su cabeza.
Se tendió sobre sus espaldas y admiro ese manto azul, que llevamos por techo, contemplando el color, y recordó aquella vez que de niña se quedo dormida admirándolo, la suavidad que sentia mientras dormía, y que no se le olvido con el tiempo, como tampoco los golpes con la que la despertaron.
Solo que esta vez, no temía golpes y abandono su cuerpo al abrazo del cielo, del árbol, del paisaje, de la naturaleza.
Al despertar era otra persona, se sentía como renovada, pero divagaba que tantas sensaciones que le producían placer, no podían ser buenas, se torno acohibida , le dio miedo, he intento que el deleite, no la invadiera.
Una vez de vuelta al camino, llego al pueblo, ese pueblo de su infancia, con sus recuerdos, olores, sabores, del rió donde se bañaba, de la fuente donde al recoger agua jugaba, y denoto, que sus pies avanzaban rápidos como sus pesamientos y emociones.
Ante la puerta de la casa de la madre de kanira, encontró posada una mariposa, y recordó lo que de pequeña en la arena del margen del rió, disfrutaba al dibujarlas.
La Ayee de Kanira al verla se asusto, creyó que le paso algo a su hija, al ver allí a su susabai, habían pasado largos años sin noticias, se lo reprocho a la vieja, que le prometió que le llegarían, y que no fue así.
La tranquinlizo, y le pidió calma y le rogó que la escuchara, tenia algo que decirle...


Continuara...

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