Luna XIV.

De nuevo mi vida recibió un mazazo directo, y otra vez venido de la misma persona, la que tanto ame, lo duro que es descubrir, que el jamas te quiso, como te hacia ver,e incluso para mas inri, te traicionó como hombre, como pareja y como se humano, la decepción que corría por mi cuerpo como si fuera un torrente, un huracán un maremoto, todo de una vez, ahogandote, asfixiandote, y anulándote.
Aakil, me cuidaba, me traía la comida, me contaba cosas para distraerme, y mis fuerzas en la vida se esfumaban en aquella cama, de la que no quería salir.
Se pasaba horas perplejo, sin saber que hacer,  se notaba que no entendía del mar de amor, cuando se vuelve malo y traicionero, quizás por su corta edad o no tener tiempo para esas cosas, veía algo malo en mí que se le pego en forma de tristeza, dejo de sonreír como yo, y sufría como sufría yo.
Una mañana temprano salio de casa, tardaba mucho en volver y ahí fue la primera vez que me levante de la cama, en la que llevaba mas que demasiado, y que mi inquietud por el chico, se me entorno en preocupación.
¿Y si le ha pasado algo?,¿y si calló de la moto, con ese caos de trafico?,¿y si se fue para no volver?.
Dando vueltas por la casa , invadía por nervios, encendí el ordenador y al ver la fecha en la que estábamos, el tiempo que perdí en mi dolor, en el que nada ni nadie vino a rescatarme, solo  el niño Aakil,, hizo que de repente despertara de ese letargo, para resurgir.
Vino a mi cabeza una frase...'' Nadie merece tus lágrimas,cuando juega con tu corazon''.
Me sentí imbécil, llorar y sufrir por alguien tan rastrero, tan inhumano, que decidí ni una lágrimas mas.
Miraba por la ventana de la parte de detrás de la casa, me asomaba al porche de la casa, solo quería que apareciera Aakil, y la noche se vino encima,así como todos mis temores.
Fui a beber un poco de agua, sentía mi garganta seca, y de pronto Aakil llegó, al verme levantada y preocupada , se alegro, y me dijo:
-Por fin se levantó.
Y ya en tono casi de reproche, casi de euforia me abalancé sobre el y le besé y abracé, me dio tanta alegría que no se hubiera ido, que mi reacción le sorprendió tanto, como a mí.
Para decirme:
- Siento no estar aquí, pero fui a un mercado tenia que hacer algo por usted, como lo hace usted por mi, y le he traído esto.
Me puso en las manos un libro viejo, gastado, polvoriento, mire al chico y su expresión espectante casi nerviosa, esperando que mirara las paginas del libro, me dio que pensar.
-Señorita por favor  mireló, fui a un pueblo donde hay un mercado de libros y tarde horas para encontar, un libro en su lengua, y encontré este.
Tarde por que estaba lejos, pase por mi casa a llevar algo de dinero del que usted me paga y en el camino me quede sin gasolina, y he tenido que empujar la moto todo el camino, de ahí mi tardanza.
Volví a besarlo, y el agradeció esa muestra de cariño.
Abrí el libro y vi que hablaba sobre Tagore.
Puso la mesa con la comida que trajo, de su casa, mientras yo navegaba en aquel libro , que se estaba convirtiendo en tabla de mi salvación.
Consiguió su objetivo, que saliera de aquella muerte en vida.
Su sonrisa angelical cuando  observaba mi embelesamiento en aquel libro, inundaba aquella estancia, de una especie de armonía,que nos envolvía, y que nos hacia felices.
Continuara...

2 comentarios:

Los Papa Fritas dijo...

¿quien es Tagore, no era Gandhi al que buscaba en la India?, muy novelesco el capítulo.

Inma_Luna dijo...

Ya se sabra...

besitos