RECUERDOS DE MI INFANCIA. A TI MI TITO MANUEL.


Cuando eres pequeña, quieres ser mayor, y cuando eres mayor quieres ser pequeña.

Te haces mayor, y hay personas que pase el tiempo que pasen siempre están ahí, aunque no puedas verlas.

Dicen que una persona siempre vive, mientras sea recordada, y por eso vives en mi, tito Manuel, por que siempre ,tu recuerdo lo tengo presente.

A veces, te hecho tanto de menos, que busco en esa aldea a la que me llevabas de vacaciones, busco y te encuentro allí, en los sitios donde me llevabas y me enseñabas.

El aire de esa serranía onubense, lleva tu oxigeno, para aplacarme el dolor de tu ausencia.

Siempre mi mayor recuerdo, me lleva a ti, esa infancia que yo vivía a tu lado, en esos veranos, donde me regalabas, con tu dulce y cariñosa sabiduría, que aprendistes durante tantos años de tu vida.

Recuerdo sentirme una pequeña aventurera de ciudad, en un pueblo cargado de tradiciones, casi todo se hacia artesanalmente, el tiempo pasaba lentamente, y el recuerdo de mi niñez allí estará eternamente.

Descubrir como se hacia el pan, tan artesanal y en los propios hornos antiguos que tenían en sus casas, fue para mi un descubrimiento, por que yo niña de ciudad, para mi el pan ya estaba hecho, y nunca imaginaba de que otras formas se podían hacer y mucho menos de aquella, mmm, cuando recuerdo su olor, y sobre todo en esas ricas tostadas, que maravilloso sabor.

Cuantos olores, llevaba aquel aire puro, como adoraba el olor del eucalipto.

Recuerdo sin esforzarme, aquellos descansos obligados en nuestros largos paseos por esos campos, cuando tu castigado corazón te lo exigía, ese corazón al que le luchabas días, para arrancarle vida a tu existencia.

Me hacías vivir momentos, de tantísimo cariño que jamas olvido, aunque ya haga tantos años que te fuistes, te añoro tanto que a veces siento caerme, y me faltas tu, hoy ayer y siempre, y lucho por ser tan fuerte, como lo eras tu.

Cierro los ojos y te veo, tus dulces facciones de tu cara anciana, tu adorable acento gallego que nunca perdiste, a pesar de tantos años en Sevilla, y tus brazos siempre dispuestos, para que fueran mi apoyo en la necesidad y sin ella.

Nuestras rutas sin trazar, sin planes sin guias, sin tiempos, solo regalos de la naturaleza escondidas, para ti aprendidas y tu ahí para enseñármelas a mi.

Tu sentando en alguna tronco de algún árbol caído, enseñándome las hierbas, para diferenciar el hinojo con su dominante olor, del tomillo y las suaves flores de la manzanilla.

Hoy en la facilidad de la modernidad, para recordar el olor, al abrir un bote de dichas hierbas al olerlas, siempre lanzo un beso al aire para que te llegue.

Como recuerdo, los espárragos que encontrábamos y que nos comíamos en las tortillitas, y te decía.. no tienes cara tu ni nada, pedazo de tortillas te hincas a mi costa,con los espárragos que he cogido yo, cuando eras tu, quien los encontrabas y los ponías en mi bolsa..je je je.

Cuantas gamberrerias hacia yo y tu participabas, te veía sentirte niño como yo a pesar de tu edad, y como reías ehh, para decirme me estoy volviendo loco como tu, a ver si se te pasa ya..., pues no tito me hice mayor y no se me quito.

Y tus bromas... ay no se me olvidan...cuando decías que eras del betis, solo para chincharme, o cuando me asustabas con la mujer del balcón de flores.

Hasta que un día ,se me quito el miedo me hice amiga de la mujer, para descubrirteee, fue tu novia, y me contaba lo pícaro de tu juventud.

Que no daría yo, por vivir un solo día de esos de mi infancia contigo y ahora.

Que no daría yo, por que no te hubieras ido, y estuvieras conmigo.

Que no daría yo, por un abrazo tuyo.

Que no daría yo, por tu calma, tu risa.

Esos veranos contigo,

nunca caerán en mi olvido.

Siempre estas y estarás,

mientras yo tenga veranos vividos.

Aprendí de ti, de tu lucha, y tu recuerdo marcados en mi alma.

La esencia de mi existencia, TU.

TE QUIERO, TITO MANUEL.

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