Alma grande-Mahatma.

Amma domina la enorme carpa desde su trono. Miles de personas esperan su turno para recibir un abrazo de la gurú india. La cola avanza con lentitud. Cuando llega el momento, un discípulo ayuda al peregrino a arrodillarse y empuja con suavidad su cabeza hacia Amma. Entonces ocurre el abrazo. Unos duran unos segundos; otros, minutos. Una bendición murmurada al oído y un caramelo o una fruta ponen fin al encuentro. La ceremonia se prolongará durante horas, en ocasiones hasta 20 sin descanso. Amma abraza en malayalam, la lengua del estado indio de Kerala. Pero eso no impide a miles de occidentales sucumbir a su abrazo. Lleva repartidos 30 millones de abrazos por todo el mundo.
Cuando se le pregunta a Amma por qué abraza, ella, que gusta de metáforas, responde que sería como preguntarle al río por qué fluye.
A base de abrazos ha levantado un emporio humanitario que lidia con las dificulatades más terrenales. Tras el tsunami de 2004 donó 16 millones de euros para la reconstrucción de Kerala. Ha levantado 40.000 viviendas por toda la India, ofrece sanidad gratuita a miles de personas en sus hospitales. Cuenta con universidades. Llegó a destinar un millón de dólares para los afectados por el Katrina.
El dinero procede de donaciones y venta de productos, como videos de sus enseñanzas y muñecas con su aspecto.
Leer, noticias así, me hace pensar que este mundo tan prepotente, del que la mayoría, no precisa ni el más minimo acto humano, o eso hace ver, sin darse cuenta de la estupidez que es negarse a si mismo, el placer de quererse propiamente, para después querer a los demás.
Recapacito y admiro a personas, que le llenan un simple o sagrado abrazo según se mire, que se sabe que la fe mueve montañas, aunque tu alrededor lo veas tan perdido con tantas injusticias, falta de respeto e ignorancia para si mismo.
Pero simpelmente hay noticias y personas que hacen que al menos por un día pienses que la humanidad, no está tan perdida.

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